Hace un tiempo, bastante largo para mi gusto, que he estado desconectado del mundo del social media. Las circunstancias han hecho que esto sea así. El caso es que la semana pasada me picó el gusanillo de nuevo y he querido empezar a ponerme al día.
Cual ha sido mi sorpresa al ver que, en realidad, nada ha cambiado en los últimos dos años. Las vías de comunicación online siguen siendo las mismas: Facebook, Twitter, Instagram, páginas web, blogs personales o corporativos, etc. Este hecho, como digo, me sorprende pero positivamente ya que siempre he defendido que la comunicación online vino para quedarse, fue una revolución que comenzó hace ya años y que ahora está instaurada con fuerza en la vida de todos nosotros; particular o profesionalmente.
Leyendo un post de Fernando Roa sobre mitos del marketing online he decidido que es el momento de continuar con este proyecto que nació hace mucho tiempo y solo tiene como propósito explicar y dar a conocer todo lo relacionado con la comunicación online a cualquiera, expertos o principiantes. Por esto quiero desgranar, bajo mi punto de vista (así que totalmente subjetivo) lo expuesto en dicho artículo.
Como siempre he dicho, la comunicación online es, exactamente lo que sus dos palabras dicen: comunicación, mecánica mediante la cual un emisor lanza un mensaje a uno o varios receptores a través de un canal determinado. El término online hace referencia al medio o canal a través del que corre la información, en este caso un medio en línea.
Tras esa definición bastante plana y sencilla nos debemos plantear todo lo que conlleva una comunicación, es decir, quien emite el mensaje, que tipo de mensaje quiere que se reciba, que medio va a utilizar, quien es el que recibe el mensaje, que uso va a dar de la información recibida, si se va a necesitar una respuesta por parte del receptor, que problemas (técnicamente llamado ruido del canal) puede surgir en la comunicación y cómo podemos mejorar el canal para que el objetivo de nuestra comunicación sea eficiente y eficaz. Todos estos planteamientos son el llamado actualmente Inbound Marketing y por tanto no puede ser una moda pasajera.
Quiero desgranar los planteamientos expuestos anteriormente:
El mensaje: la creación de contenidos es uno de los pilares en la comunicación online. El mensaje que se lanza a los receptores debe ser entendible, claro, atractivo y, sobre todo que cause el efecto deseado (que se compre un producto, que se visite una página web, que se suscriban a un boletín, que quieran saber más información sobre el tema expuesto…)
El medio: la elección del o de los canales a través de los cuales va a fluir la comunicación será de igual importancia que el mensaje. Pongamos un ejemplo, si queremos llegar a un chico joven de unos 25 años para que conozca un nuevo tipo de patinete no será útil utilizar un boletín de noticias o, por ejemplo una publicación a través de Linkedin. Quizás será mucho más provechoso si el mensaje se lanza a través de Facebook, de Instagram o a través de una campaña de Whatsapp o Snapchat.
El medio o el canal nos lleva a ver otros de esos mitos de los que se habla en el artículo mencionado, «las redes sociales no son para mí sector». Puede que cualquier red social no valga para tu sector pero no podemos dejar de hacer uso de las herramientas que nos brinda la tecnología para hacer llegar nuestro mensaje. Si tu negocio es, por ejemplo, la reparación de barcos, quizás es más recomendable que navegues por aquellas redes sociales, que localices a aquellos receptores que puede necesitar tus servicios (páginas de Facebook de Clubes Náuticos, de regatistas, de pescadores, de asociaciones relacionadas…)
Receptor: quien recibe el mensaje, la información tendrá que ser cuidadosamente seleccionado. Ésto va a conllevar un tipo de lenguaje adecuado, una forma de expresión que haga que el receptor pase del primer párrafo.
Según decía el artículo de Fernando Roa, creemos conocer a nuestros clientes pero, nada más lejos de la realidad. Los clientes son cambiantes, evolucionan, son impactados por millones de mensajes al día y el tuyo debe ser lo suficientemente atractivo para que sobresalga sobre los demás. Si todo supiéramos y conociéramos perfectamente a nuestros clientes triunfaríamos siempre (¡y a que no te pasa!)
Ruido. Los canales de comunicación son susceptibles de tener mucho ruido. Y en el ámbito online más aún ya que si estás mirando un web puede haber alguien a tu lado que te distraiga, un anuncio (popup) que se haga dejar de prestar atención a lo que estás leyendo, un mensaje a tu móvil que haga que dejes de leer la web, etc. Lo mismo ocurre con cualquier otro canal. En este caso el contenido debe ser totalmente impactante en cuestión de segundos para permitir captar la atención del receptor.
Mejoras en el canal. Emitir un mensaje a un receptor no es la única cuestión a tener en cuenta. La optimización del canal de comunicación es básica para el impacto del mensaje.
Una buena presentación de tu marca, empresa o marca personal debe ser básico en las redes sociales. ¿Te atraería una marca que no tiene más dos publicaciones en Facebook en los últimos dos años? ¿o una que no tenga imágenes de perfil que permita que veas quiénes son?
Y, ¿qué hacemos si no tenemos una forma directa de llegar a nuestro receptor? Es aquí donde entran otras de las técnicas del Inbound marketig, las técnicas SEM y SEO que permitan a una marca ser encontradas con mayor o menor facilidad.
Por supuesto, todas estas cuestiones no va generar beneficios en tu marca de forma directa. Nunca he creído que la comunicación online sea un método de venta directa sino más bien una forma de llegar a tu público objetivo con el fin de apoyar la venta final. Es un medio, no el fin. Deberás tener algo bueno que ofrecer y a un coste que el consumidor esté dispuesto a asumir.
La comunicación online es en una inversión, totalmente necesaria en 2017, para la consecución de los objetivos comerciales de cualquier empresa o marca. La reputación, el trato directo con los clientes, la llamada de atención a clientes potenciales, la resolución de conflictos y demás cuestiones que repercutan finalmente en los objetivos de la empresa, marca o marca personal.
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Hasta el próximo post 🙂